Y no es que esté comenzando la semana con un mensaje negativo o pesimista, ¡es que no lo es!
Tras más de diez años como redactora SEO y muchos más como escritora, es una realidad que he aceptado y que me ha dado tranquilidad.
No hay un destino. No hay una meta.
Es como hacer el muerto en la piscina. Solo hay que cerrar los ojos y relajarse.
Ser escritor es un aprendizaje continuo para potenciar tus habilidades y descubrir nuevas facetas creativas.
Yo, que me declaro aprendiz eterna y alumna satisfecha de serlo (empollona, me decían en el colegio), no puedo ser más feliz al pensar en cuánto tengo que aprender.
Cada día es un descubrimiento.
Una nueva estructura narrativa que probar
Un truco para encontrar ideas y organizarlas
Una forma de tomar notas más rápida y eficaz
¿Sabes?
No pongo en práctica la mayoría de las cosas que aprendo.
Pero me gusta saberlas.
Me gusta probarlas, toquetear, ver sus resultados y almacenarlas de la forma adecuada para cuando necesite recurrir a ellas.
Por ejemplo, me gustó aprender este verano sobre el narrador en segunda persona, aunque sé que nunca lo voy a usar en mis novelas.
El objetivo no es alcanzar una meta: es disfrutar del viaje.
No busques atajos.
Te van a dar igual. Te devuelven al camino principal.
Se trata de escribir, de practicar y de publicar (o no, esto último no es necesario)
Cuanto más lo hagas, más aprenderás y más seguridad ganarás.
Y si publicas, cada vez te conocerá y te seguirá más gente.
Cuando te des cuenta de eso, tu objetivo ya no será convertirte en el mejor escritor / redactor SEO / copywriter / lo que sea del mundo.
Ahora vas a querer disfrutar escribiendo y, quizá, que otros también disfruten con lo que escribes.
Y todo tendrá una perspectiva nueva.
Al menos, es el recorrido que yo he hecho.
Darle una tila a mi ambición para que se relaje un poco y dejarme llevar para disfrutar como siempre lo he hecho.
He dejado de buscar la perfección
He dejado de obsesionarme por las métricas
He dejado de compararme
Porque cuando yo tenía catorce años y me sentaba frente a la máquina de escribir después de hacer los deberes no pensaba en nada de eso.
Solo quería escribir las historias que tenía en la cabeza.
Hace años sentí que había perdido esa chispa y decidí que no podía permitírmelo.
Y es lo mejor que pude hacer para reconectarme de nuevo con mi escritura.
PD: “Ahora vas a querer disfrutar escribiendo”. Tenemos un idioma tan maravilloso que permite concatenar cuatro verbos en una sola frase y que tenga sentido. Eso o yo soy una pedante y sigo sin superar mis problemas con las perífrasis, como te conté aquí 👇🏻
Me ha encantado tu reflexión. Laura. Los que nos dedicamos a escribir tenemos que tener claro que no hay metas. En la redacción SEO, donde hay cambios y novedades constantes, con mantenernos al día podríamos darnos por satisfechos. Y escribiendo, en general, no puedes darte nunca por satisfechos. Es un viaje constante, lleno de pequeños descubrimientos, como bien mencionas.
Me ha encantando esa analogía de hacer el muerto en la piscina: cerrar los ojos, confiar en el proceso y disfrutar del presente. Es como una meditación. Y me parece que has dado en el clavo respecto a lo que significa ser escritor, aprender y evolucionar constantemente, sin la presión de alcanzar una perfección inalcanzable.
También comparto la satisfacción de aprender nuevas técnicas, aunque no siempre se usen. ¡Puro vicio!
Gracias por recordar que escribir no es solo publicar, ni ser el mejor, sino amar el acto de escribir por sí mismo. Personalmente, esta reflexión no podría llegar en mejor momento.
“No pongo en práctica la mayoría de las cosas que aprendo.
Pero me gusta saberlas.”
Me representa tanto que no puedo irme sin hacértelo saber. ;)